miércoles, 26 de agosto de 2009

Cuento TP1

Vocales elegidas: A, E, O

Esboza gesto afable a la veterana y poco tolerable madre a cargo de cole progre, aparenta ser oyente de la novedad de adolescente borrada tal vez evaporada, pecado que no debe confesarse, pero él se recrea con el sketch de dos perros correteando peatones.
Espera la llegada de la avanzada fervorosa, tres ya van sentándose. Se engalana, se esconde con capas claras sobre opacas, chequea los versos destacados con raso, la mesa ya ordenada, carraspea la garganta, -ahora ya son ocho los creyentes- , resopla, arranca y el eco lo acompaña en el canto.
La escena remonta en el momento en que, desde el tercer banco, ese par de ojos, de terso ámbar y esplendorosos se encontraron con los de él, comenzó a padecer en el rezo, y el corazón tembloroso: ¿Podrá ser ella? Es exacta, tal como la que dejó, cabello de hebras chocolate, boca rosa, toda ella análoga, espectro que condena.
El acto solemne acaba, la ve marcharse, a esa extraña sombra remordedora. Pronto agentes de ley se acercan, ellos encontraron el secreto.
La estola los sofocó a ambos, para ella, que amenazó con revelar la falta, no se halló el perdón. Y él abandonó al redentor.

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